Nuestros mejores recuerdos
Mi mejor recuerdo de Madrid es cuando rellenaba el diario del viaje con el hijo de María, en mi familia de acogida, porque nos reíamos mucho y ¡no siempre viene incluido! También me gustó mucho cuando tuvimos tiempo libre: disfruté mucho cuando fuimos de tiendas con mis amigas… La plaza de toros de Madrid también me interesó mucho, ¡ya que nunca había visto nada igual!
Mi mejor recuerdo es cuando llegamos a la casa de nuestra familia de acogida. José, el padre, nos contó que tenía dos hermanos que vivían al lado de nosotros y que ahí se hospedaban otras de nuestras compañeras: Sarah y Jeanne en una casa y Maïder y Alice en la otra.
Alexandra B.
Nuestros peores recuerdos
Mi peor recuerdo son los perros que ladraban toda la noche donde nos hospedábamos. Tampoco me gustó la visita guiada del Palacio Real porque era muy larga y agotadora.
Marie-Sarah G.
Mi peor recuerdo es el día del regreso a Francia, ¡porque me hubiera gustado quedarme más tiempo!
Alexandra B.
Sorpresas
Lo que encontré más sorprendente fue que el hijo de 30 años de la familia que me acogía aun vivía en casa de su madre. También me sorprendió que hubiera un guardia de seguridad en cada tienda de Madrid. Y me hicieron mucha gracia a la vez que me asustaron un poco todas las estatuas vivientes que se ven por las calles del centro de Madrid. Son gente que se viste con los disfraces más sorprendentes para llamar la atención. A cambio de darles alguna moneda te dejan sacarles fotos.
Marie-Sarah G.
Lo que más me sorprendió fue que nunca me aburrí. ¡Me lo pasé aun mejor que el año pasado en Zaragoza!
Alexandra B.